3 Reflexiones para Padres: Piensa Antes de Actuar

“El pensamiento es la semilla de la acción”Ralph Waldo Emerson

¿Alguna vez le has dicho a tu hijo? “Antes de actuar piensa”, para que no se deje llevar por los impulsos y evite participar en alguna pelea o en una situación conflictiva con sus amigos o sus hermanos.
Esta frase la oigo bastante a menudo en mi entorno y yo misma a veces también la utilizo. Hoy te invito a que pienses y reflexiones sobre algunos temas que a continuación te contaré.
A mí en su día me sirvieron para establecer las bases para educar tanto a mi hijo como a mis alumnos. Fueron como una guía u hoja de ruta para saber donde estaba y donde quería llegar.

Estas fueron las 3 reflexiones que me ayudaron a plantearme mi forma de educar y dar un paso más allá a la hora de comunicarme con mi hijo, es decir, a pensar antes de actuar. Por eso quiero compartirlas contigo y que te tomes tu tiempo para reflexionar sobre ello.

1ª Reflexión: ¿Dónde estoy y dónde quiero ir?

Esta reflexión te ayuda a plantearte que es lo que realmente quieres para tu hijo a medio o largo plazo y como te gustaría que fuera él.
Para ello, busca un lugar tranquilo cierra los ojos e imagínate a tu hijo con unos 25 años. En ese momento te encuentras en casa y alguien toca el timbre. Abres la puerta y es tu hijo que viene a visitarte. Imagínate como te gustaría verlo, como te gustaría que te hablara, que tipo de cualidades y habilidades te gustaría que tuviera, no quiero darte muchas pistas para no condicionarte. ¿Te gustaría que fuera cariñoso, amable, respetuoso, seguro de sí mismo, responsable, con alta autoestima, que compartiera contigo sus inquietudes y su vida…? Si quieres puedes anotarlo en una hoja.

Vuelve al momento actual y piensa como actúas con él, ¿lo tratas como te gustaría que te tratara él en un futuro? ¿Crees que con tu forma de educar está aprendiendo a desarrollar características y habilidades para la vida? Si quieres, puedes anotar en un lista los retos a los que te enfrentas diariamente con tu hijo (no te escucha, grita, tiene pataletas o rabietas, por las mañanas o por las noches discutís, pega…).
Ahora es momento de plantearte si sabes como actuar y como lograr que tu hijo adquiera esas características y habilidades para la vida. Si tienes claro como hacerlo, enhorabuena y si no es así, solo decirte que no te preocupes porque todo se aprende, hay infinidad de recursos y herramientas que te ayudarán a conseguir tu objetivo.
Solo tienes que quererlo y ponerte en marcha.

2ª Reflexión: Ponte en su lugar

Por un momento trasládate a tu infancia.
A veces consciente o inconscientemente trasmites a tu hijo mensajes de tus padres que no te han sido útiles. Tomar consciencia de algunos de los mensajes que escuchaste en tu infancia, de cómo te sentías en ese momento puede ayudarte a la hora educar a tu hijo. Si te castigaban, seguro que te acuerdas de los castigos y de como te sentías.

Recuerda un momento o una situación conflictiva que has tenido con tu hijo. Piensa como actuó él y como actuaste en ese momento, si hubo respeto mutuo, si lo solucionasteis satisfactoriamente, si sentiste que te saliste con la tuya y él no o viceversa. ¿Cómo te sentiste en ese momento? ¿Cómo se sintió él?

A veces en los momentos conflictivos te pones en el “disparadero de salida”, es decir actúas de forma automática sin pensar lo que dices ni en las consecuencias, a veces pierdes los papeles, hay gritos, chantajes emocionales, reproches, lucha de poderes…
Si se dan este tipo de situaciones luego puede que te sientas mal o te arrepientas. Tú eres el adulto, ¿Cómo crees que se sentirá tu hijo? ¿Qué mensaje le trasmites? ¿Qué cualidades, características y habilidades para la vida le transmites en ese momento?

3ª Reflexión: Observate, qué ejemplo quiero transmitir

Ten cuidado con lo que quieres transmitir a tu hijo, cuida tu comportamiento, tu tono de voz, lo que dices y como lo dices.
Te voy a poner varios ejemplos bastante comunes: A ti no te gusta que tu hijo te mienta y por eso siempre le dices que no se debe mentir. Pero si tu hijo te ha oído alguna vez contando alguna mentira a un amigo o a tu mujer, él también lo hará. Por eso te invito a que reflexiones.

Otra de las cosas que no te gusta de él es que se queje constantemente y además le comentas que no debe de quejarse tanto y tú te quejas habitualmente.
En estos dos casos no estás siendo coherente con lo que dices y lo que haces. Tu hijo seguirá el ejemplo de lo que haces no de lo que dices. Además incluso te preguntará dependiendo del grado de confianza que tenga contigo o se preguntará  ¿Por qué me dice que no mienta si luego él/ella miente? ¿Por qué me dice que no me queje si él/ella se queja? Por ello se consciente que tu hijo te ayuda a ser tu mejor versión. Como padre o madre tu tendencia es ir mejorando para ser su mejor ejemplo.

Educa con el ejemplo, tu hijo seguirá tu ejemplo no tu consejo”

Ahora cuéntame,
¿Te has parado a pensar en todas estas reflexiones alguna vez? ¿Crees que es importante?
Déjame tu opinión en la zona de comentarios. Si te han parecido útil estas reflexiones compártelo con otros padres en tus redes sociales.

Disfruta y se ejemplo.

Un abrazo,

Miren

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